La higiene operativa constituye una verdadera rama de la ingeniería por lo que también recibe el nombre de Ingeniería Higiénica. El objetivo se centra en la eliminación o reducción del grado de contaminación existente en el ambiente de trabajo hasta los valores de referencia suministrados por la higiene teórica, utilizando para ello los conocimientos de la ingeniería. La higiene operativa, para conseguir la eliminación del riesgo higiénico, debe actuar sobre los diferentes factores que intervienen en el proceso:
- ° Foco emisor del contaminante
Con el objeto de impedir la formación del contaminante o en caso de generarse, impedir su paso hacia la atmósfera del puesto de trabajo, se puede para ello:
Sustituir el agente por otro no peligroso o al menos que no sea tan peligroso; esto es el caso de los cancerígenos o sensibilizantes ya que las otras actuaciones pueden disminuir la concentración del contaminante pero no eliminan su presencia y por tanto sus efectos, difícilmente controlables, permanecen; además cualquier fallo en el control del agente podría implicar la liberación del agente nocivo derivándose graves consecuencias.
En la fase de diseño de la instalación deben tenerse ya en cuenta los problemas en relación a la salud, eligiendo equipos diseñados para evitar la exposición a cualquiera de los agentes que puedan resultar nocivos. Esto es especialmente importante en el caso del ruido y vibraciones ya que el posterior arreglo es en muchas ocasiones imposible económicamente.
Modificar el proceso, por ejemplo automatizando para hacer innecesaria la presencia del trabajador durante su funcionamiento o utilizar productos en otro estado (por ejemplo en vez de un gas utilizar una disolución que lo contenga).
También se puede proceder al encerramiento encapsulando el proceso mediante reactores cerrados, encerrando el punto de operación de la máquina que genera el ruido o el foco emisor de radiaciones. El aislamiento en edificio aparte puede resultar muy útil ya que disminuye el número de operarios afectados.
La extracción localizada es una manera de eliminar el agente químico del ambiente en el momento en que éste se genera.
El mantenimiento preventivo de los equipos de trabajo es otra técnica complementaria que puede evitar exposiciones accidentales ante los contaminantes químicos.
- ° Medio de difusión del contaminante
Para evitar que el contaminante ya generado se extienda por la atmósfera y alcance niveles peligrosos para los operarios próximos al puesto de trabajo se puede incidir sobre:
La limpieza es un elemento clave, ya que su falta se traduce en focos secundarios de contaminación. Es fundamental limpiar suelos, paredes, maquinaria y todos los lugares donde se pueda depositar la suciedad.
La ventilación por dilución o general es una buena táctica que puede emplearse en ocasiones con contaminantes poco nocivos, siempre que no se intercambie excesiva cantidad de aire que sea necesario calentar (por su costo económico).
El aumento de distancia entre el foco contaminante y el receptor y los sistemas de alarma son un complemento de las medidas anteriores.
- ° Trabajadores expuestos
Protegiendo al operario para que el contaminante no penetre en su organismo.
Una manera de reducir el riesgo es reducir el tiempo de exposición, rotando al personal.
El encerramiento del trabajador es el inverso del encerramiento del proceso. Requiere de un cuidadoso estudio y debe tenerse en cuenta las necesidades de relación del ser humano con el resto de sus compañeros.
Los equipos de protección individual son el último recurso y deben ser tomados como medida provisional en tanto se arbitran otras soluciones; no obstante son imprescindibles en determinadas circunstancias.
Finalmente, la información y formación del trabajador debe constituir el primer eslabón en la acción preventiva que iniciemos.
Como fácilmente deducimos, las medidas más eficaces desde el punto de vista de la higiene, son las que actúan sobre el foco emisor del contaminante, actuando sobre el medio difusor cuando no ha sido posible la eliminación en el foco y por último, sólo sobre los trabajadores expuestos cuando no ha sido posible actuar sobre los anteriores estadios o como medida complementaria de otras adoptadas.
Aspectos previos a la fase de diseño
La seguridad en la fase de diseño debe comenzar por un estudio de las propiedades físicas y químicas de los productos que se van a utilizar. [1]
- Velocidad de reacción.
- Compatibilidad con otros productos. Sirven para ver la tolerancia de corrosión y los peligros de derrame o mezcla accidental.
- Toxicidad. Indica la necesidad de epi.
- Riesgo de explosión. Pueden determinar la necesidad de atmósfera inerte.
- Fiabilidad de los servicios: ayuda a diseñar las necesidades de calefacción o refrigeración en el caso de fallos del suministro eléctrico.
- Instrumentos. Consideraciones en cuanto a un diseño libre de fallos para diversas averías en los servicios.
- Materiales de construcción. Dando tolerancias de protección extraordinarias, para plásticos, cobre u otros materiales especiales.
- Presión de la red de agua: hay que contar con las posibles necesidades de agua durante la extinción de incendios.
- Temperaturas: se deben establecer tolerancias para las condiciones de sobrecalentamiento durante los incendios y para los riesgos de personal.
- Potencial humano: se deben considerar las protecciones con procesos automatizados que exijan un empleo de mano de obra reducido.
- Inversión: gastos de seguridad que deben equilibrar también los efectos de la producción nula durante los accidentes o explosiones.
- Relación con otras unidades: la importancia de la continuidad de producción cuando una unidad produce materias primas para la alimentación
Deben considerarse los riesgos higiénicos durante la fase de proyecto, atendiendo al proceso y los instrumentos o maquinaria, teniendo en cuenta la influencia de un área sobre otra, de su actividad sobre otras y de que tanto los sistemas como sus componentes no rebasen los valores límites umbrales TLVs.
Hay tres parámetros a considerar en el diseño:
- Encerramiento del proceso,
- Automatización,
- La integración del cálculo del balance de masas con el fin de disminuir la capacidad de formación de subproductos.
Se trata de tabular todas las sustancias que puedan utilizarse, producirse o aparecer como productos intermedios en proceso de fabricación motivo de estudio y que pueden ser liberarlas a la atmósfera o contaminar la piel.
Esta información puede obtenerse por lo general de las fichas facilitadas por los proveedores en combinación con un estudio de las fases de proceso o zonas de trabajo.
Debemos de concentrar nuestra atención sobre los tipos de operaciones que poseen una probabilidad alta de generar contaminantes en el aire:
✓Operaciones Sólidas: Vertido, Mezclado, Triturado, transporte, embalaje.
✓Pulverización a presión: Desengrasado, limpieza a chorro de arena , pintura ✓ Operaciones de conformación: Corte, molido, Serrado, taladrado.
Las reclamaciones y síntomas por exposiciones significativas a sustancias tóxicas deben marcar las actuaciones y controles.
Nunca se deben descartar las reclamaciones de los trabajadores tales como irritación de ojos, dolores de cabeza, mareos, desvanecimientos, fatiga, confusión mental, etc., debiendo examinarse la posibilidad de que puedan ser atribuidas a la exposición laboral y no a otros factores.
Sustitución de productos
Sustitución de un material tóxico por otro menos tóxico (ej. pinturas la plomo por otro compuesto menos tóxico).
Es de lo más eficaz y a veces relativamente económico, en ocasiones no se aplica por desconocimiento real del riesgo o por rutina.
Al sustituir disolventes por otros de menos riesgo debe tenerse en cuenta el índice de peligrosidad y ensayar previamente a pequeña escala antes de modificar todo el proceso.
En operaciones de limpieza sustituir los disolventes orgánicos por soluciones acuosas con detergentes adecuados (ej. el tricloroetileno por el 1,1,1 tricloroetano).
- En lacas, soluciones de caucho sintético y quitapinturas se sustituye el benceno por tolueno. Igualmente se sustituye el benceno en cementos para caucho sintético por hidrocarburos alifáticos.
- En fundiciones que usan compuestos separadores con contenido en sílice libre alto se sustituye esta por otros polvos más inofensivos para evitar la silicosis.
- Las piedras esmeriles de arena han sido reemplazadas por abrasivos artificiales hechos generalmente de óxido de aluminio.
- En la industria del sombrero de fieltro se utiliza el mercurio y se sustituye por otros materiales que no lo contienen.
- El cambio en las condiciones físicas en materias primas (ej. manipular materiales en forma de briquetas produce menos polvo que el mismo material en forma granulométrica irregular.)
Muchos de los métodos generales mencionados previamente (ya sean solos o combinados) pueden ser aplicados al control de la mayoría de los peligros ocupacionales de la salud. Algunos recursos merecen, sin embrago, una mención particular.
- El blindaje es una de las mejores medidas de control para reducir o evitar la exposición a agentes físicos que causan estrés tales como el calor o las radiaciones ionizantes. El plomo es otro material empleado para aislar salas con fuentes radiactivas.
- Reducción del tiempo de exposición (ej. ambientes con aire a presión, ambientes con Ta extrema, etc.)
- Uso de dosímetros radiológicos y dispositivos de medición similares
- Muestreos continuos con alarmas pre-calibradas
- Programas médicos de detección en la absorción de contaminantes químicos.
- Utilización de pantallas para eliminar reducir o absorber contaminantes (ej. paneles de al para hornos de tratamiento térmico.
- Iluminación suficiente y adecuada que evite deslumbramientos.
Siempre que no podamos reducir por otros medios y limitar la exposición del trabajador al tóxico podemos reducir la exposición (el tiempo es un parámetro de mucha importancia al evaluar el riesgo es función directa de la dosis), mediante controles administrativos:
- Ordenamiento de los esquemas de trabajo y su duración relativa a las exposiciones.
- Los trabajadores que hayan alcanzado su máximo limite de exposición permisible deben ser transferidos a un ambiente donde no sufran exposiciones adicionales.
- Asignar a varias personas en tiempos controlados (rotación del personal) para situaciones donde el valor limite se exceda en un día. El periodo de rotación está en función de la concentración del contaminante
Introducir modificaciones importantes en un proceso que ya está en funcionamiento suele ser una acción que implica costes elevados y resistencias aún mayores.
Los técnicos que diseñaron el proceso no suelen aceptar con facilidad que, en el proyecto, no se tuvieron en cuenta determinados riesgos que luego en la realidad cotidiana se han hecho evidentes.
El argumento del coste es siempre utilizado como un obstáculo para introducir cambios. Sin embargo la historia de la tecnología está repleta de ejemplos que demuestran que los cambios, al menos a la larga, son posibles. Ahí está, sin ir más lejos, el caso del amianto, que ha pasado de ser el material maravilloso e insustituible de hace cuarenta o cincuenta años, a estar casi prohibido, o al menos muy limitado su empleo, sin que se haya producido ningún cataclismo.
Otro caso similar lo vemos en la progresiva desaparición de chorro de arena, substituido por otras técnicas menos agresivas para los trabajadores. Debe también reconocerse, sin embargo que cambios importantes de proceso pueden ser inviables en muchos casos, lo cual no obsta para que se puedan emprender modificaciones parciales que pueden ser muy efectivas para la protección de los trabajadores.
Uno de los cambios de proceso que puede ser a menudo factible es la sustitución de un producto químico por otro de menor toxicidad, especialmente en el caso de substancias de carácter auxiliar, como los disolventes.
Esta es también la posibilidad frente a la que suelen plantearse oposiciones notables, alegando que el posible substituto no existe, o si existe es mucho más caro, etc. Se dan, sin embargo, abundantes ejemplos de substituciones que se han efectuado para proteger la salud de los trabajadores, como, la eliminación del benceno de las pinturas y su substitución por otros disolventes menos agresivos, o el empleo de otros disolventes clorados en lugar del tradicional y bastante tóxico tricioroetileno, no son más que dos de los casos más conocidos, aunque ni mucho menos los únicos.
Habría también que recordar que cualquier medida preventiva añadida, cuando la instalación ya está en marcha, será mucho menos efectiva y mucho más cara que si se hubiera contemplado en la fase de proyecto, lo que hubiera permitido integrarla en la construcción sin tener que recurrir después a las clásicas chapuzas.
Por ello, algunas de las grandes empresas incorporan a la fase de proyecto, a los que en el futuro serán los «usuarios» de la instalación, es decir, a quienes trabajarán en ella, a fin de que la experiencia en otras instalaciones similares permita poner de manifiesto y corregir desde el principio los problemas que los técnicos, desde sus despachos, olvidan en ocasiones.
Hay trabajos que nos permiten modificar un proceso sin cambiar el resultado de la operación, logrando variar ampliamente las condiciones de trabajo:
- La pintura por rociado electrostático automático es mejor higiénicamente que la pintura con pistola de aire comprimido.
- La pintura a pincel o por inmersión en vez de la realizada a pistola disminuye la concentración ambiental de contaminantes aerotransportados provenientes de pigmentos tóxicos.
- En la industria del automóvil el polvo de plomo generado al esmerilar costuras con pequeños discos de alta velocidad, se redujo considerablemente al lijarlo manualmente.
- Cambio por proceso con soldadura al arco en vez del remachado.
- Desengrasado con vapor en vez de limpieza manual de partes de maquinas.
- La sustitución de discos giratorios por pulidoras de baja velocidad en los cordones de soldadura reduce el nivel de polvo.
Un método empleado frecuentemente es el aislamiento de la operación u operaciones potencialmente contaminantes en un recinto específico separado del resto. De esta manera, es posible aplicar en este local específico medidas preventivas particulares, más efectivas y económicas que si estas operaciones se realizaran junto a otras en una nave común. Al mismo tiempo, esto permite minimizar el número de personas expuestas, que se limita a quienes permanecen o trabajan en el local en cuestión.
Un ejemplo típico lo constituyen las cocinas de colores en la industria textil, aunque existen otros menos habituales. Así por ejemplo, la legislación hace referencia a los locales para trabajos con plomo y dice: «cuando técnicamente sea posible, dichos locales se mantendrán aislados, a fin de evitar la contaminación de otras áreas de trabajo»
Algunas operaciones con riesgo higiénico pueden ser aisladas de los operarios cercanos.
- Al operario se le puede aislar mediante una barrera física de forma que no este en las proximidades del foco, salvo en periodos cortos.
- Se puede aislar igualmente por el empleo del factor tiempo (suministrar un equipo semiautomático para que el trabajador no necesite permanezca constantemente cerca del foco). También pueden realizarse operaciones fuera del horario normal de trabajo.
- Por ultimo el factor distancia (dispositivos de control remoto)
El aislamiento es útil en trabajos donde se requieren pocos operarios y en los que el control, por otros procedimientos, es dificultoso o inviable.
Las zonas de peligro deben ser aisladas del resto y evitar la propagación, con lo que conseguimos reducir el n° de trabajadores expuestos y simplificamos los procedimientos de control.
El aislamiento total puede ser conseguido mediante mecanización o automatización.
Cuando se trabaja con materiales que pueden desprender polvo, una buena solución, siempre y cuando se pueda aplicar, es el desarrollar las operaciones del trabajo con un alto grado de humedad. Las taladrinas que se emplean en las máquinas herramientas son un buen ejemplo de este principio, aunque como es bien sabido su finalidad principal es refrigerar la herramienta y la pieza que se mecaniza; en este caso la técnica favorece directamente las medidas preventivas.
En la perforación de túneles, por ejemplo, ya es una técnica corriente el empleo de perforadoras que aportan al mismo tiempo un chorro de agua que reduce en gran medida la producción de polvo en un ambiente, el de un túnel, donde es particularmente difícil luchar contra la contaminación ambiental
Las concentraciones de polvo peligrosas pueden ser reducidas por la aplicación de agua u otro líquido sobre la fuente de polvo mediante rociado o a presión.
Su eficacia radica en la correcta realización del método, que en ocasiones puede requerir el agregado de un agente humectante, siendo necesario a su vez proceder a su eliminación antes de secarse.
Se han conseguido logros importantes en la reducción del polvo mediante el empleo de agua forzada a través de brocas en la perforación de rocas, las concentraciones de polvo aerotransportadas se pueden reducir si se mantiene húmeda la arena para los moldes, si se mojan los moldes antes de sacudirlos y si los pisos se mojan intermitentemente.
Un adecuado mantenimiento es muy importante para conseguir que los niveles de concentración ambiental se mantengan dentro de los límites de lo tolerable.
Si ello es evidente en cuanto a la generación de contaminantes (estaría el ejemplo de una máquina mal mantenida, que es mucho más ruidosa), la cuestión más importante aún cuando se trata del mantenimiento de instalaciones específicamente preventivas, como por ejemplo, las de ventilación.
Entre los servicios de mantenimiento, existe una cierta tendencia a dejar para más adelante el cuidado de las instalaciones no directamente productivas, como los ventiladores, los filtros de sistemas de depuración, etc. Es éste un aspecto al que hay que prestar la máxima atención, dando a este tipo de instalaciones los mismos cuidados periódicos que el resto.
La instalación de medidores directos de contaminantes, así como su conexión a sistemas de alarma, en caso de que se superen determinados niveles en la concentración de contaminantes en el ambiente de trabajo puede ser muy útil en zonas próximas al foco emisor o donde por diferencia de temperatura, se acumula el contaminante químico.
Cuando el contaminante es susceptible de provocar efecto agudos graves, puede ser adecuada la instalación de un sistema automático de detección y alarma, en ocasiones conectado a un sistema de ventilación que se activa automáticamente.
En el mercado están disponibles este tipo de sistemas para un número cada día más creciente de contaminantes. En ciertas ubicaciones específicas, como los aparcamientos públicos, su instalación es obligatoria, pero en general, no son muchas la situaciones en las que se emplea, pues su coste es elevado y su aplicabilidad, limitada.
El orden y la limpieza desempeñan un papel clave en la protección de la salud, evitando la dispersión de los mismos, esta disciplina debe ser inmediata con materiales
tóxicos. El polvo acumulado en un puesto de trabajo ( cornisas elevadas, pisos, salientes, etc.) puede retornar a la atmósfera por el transito, las vibraciones, las corrientes de aire ocasionales, etc., por lo que debe ser eliminado antes de que ocurra esto.
Igualmente los vertidos en el suelo de disolventes, paños impregnados o materiales absorbentes, maquinaria que pierden producto, etc., acumulan dichos productos que se mezclan con el aire circundante. Se debe establecer un programa regular y efectivo, e inmediato para derrames de tóxicos y colocar recipientes metálicos herméticos para retirar residuos.
La limpieza de equipos e instalaciones debe hacerse por métodos húmedos o de aspiración nunca por soplado con chorro de aire a presión.
La limpieza es una medida preventiva importante cuando se trabaja con contaminantes que se depositan en el suelo, la máquinas o las estructuras y desde allí, pueden pasar de nuevo al ambiente. Ese paso puede ser debido a las corrientes de aire que provocan los sistemas de ventilación o al desplazamiento de objetos o personas.
En general es muy importante mantener un perfecto estado de limpieza cuando se trabaja con substancias en polvo de elevada toxicidad, como el plomo o el amianto. Por eso 1a normativa, en el caso del amianto, ordena que en las nuevas instalaciones, las superficies de los locales sean lisas impermeables… etc., evitándose cualquier discontinuidad, debiéndose realizar las limpiezas de los locales de trabajo y de las instalaciones equipos y maquinaria… al menos una vez al año. El suelo de las áreas de trabajo en las que se acumule residuos de amianto se limpiará con una frecuencia diaria, como mínimo, y cada vez que se produzca una acumulación visible de polvo de amianto.
Una limpieza cuidadosa debe extenderse también a la ropa de trabajo, en la que este tipo de contaminantes puede acumularse y, desde allí, pasar al ambiente a causa de los roces que provoca el movimiento del propio trabajador.
Todo trabajador debe disponer de los servicios adecuados para el aseo personal al finalizar la jornada de trabajo.
Así mismo en los puestos donde se manipulen sustancias peligrosas el operario dispondrá de los medios necesarios para eliminar cualquier salpicadura o resto y nunca utilizar productos de proceso como taladrinas o disolventes para la higiene personal.
Debe estar prohibido comer y beber donde se manipulan sustancias tóxicas que puedan contaminar los alimentos.
Formación e información
Estas son dos de las herramientas más poderosas par lograr una mejora de las condiciones de trabajo. Esta afirmación que es válida con carácter general, lo es especialmente en el caso de la contaminación química.
En efecto, el riesgo químico es en muchos casos indetectable mediante los órganos de los sentidos: no se oye, no se ve y, en muchos casos, no se huele. Solo el trabajador informado puede por lo tanto reivindicar medidas preventivas.
Es por ello muy importante que el trabajador exija información sobre la peligrosidad de las substancias que emplea o manipula. Esta información ha de completarse, al menos, en dos medidas específicas. En primer lugar, los productos químicos han de venir etiquetados según la normativa vigente, es decir indicando claramente los riesgos y las medidas preventivas tomar.
En segundo lugar, han de entregarse a los trabajadores la hojas de seguridad de cada producto, hojas en las que se amplían la información que, forzosamente, solo puede resumirse en la etiqueta.
La formación es un complemento necesario de la información. No es suficiente conocer cuáles son los riesgos, ha que saber como actuar frente a ellos.
Es imprescindible que lo operarios conozcan los distintos riesgos que entraña un proceso, así como su utilización y mantenimiento de los elementos de control que les son puestos a su disposición.
Es obligación empresarial el informar a los trabajadores de los riesgos derivados de la exposición a contaminantes químicos que le rodean, su entorno, gravedad y medidas técnicas de control.
A este respecto cabe comentar la gran importancia que se le da a este aspecto en la Ley 31/1995 de 8 de Noviembre de Prevención de Riesgos Laborales.
- Arts. 18 y 19 de la Ley de Prevencion de Riesgos:
¿Qué se debe Informar? Sobre los riesgos inherentes al puesto de trabajo incluyendo los generales de la empresa. Medidas de prevención y protección sobre todo si son en caso de riesgo grave e inminente, resultados de las mediciones y su vigilancia.
¿A quién se debe informar? A los trabajadores por medio de sus representantes o directamente de los riesgos generales y en particular de los riesgos específicos en cada puesto.
¿Cómo se debe informar? Con independencia de la información verbal, se debe transmitir en forma escrita. Registro Documental de una información clara y concreta.
¿Qué tipo de formación? Teórica y practica, mediante instrucciones generales y específicas a cada puesto, y aleccionando sobre la forma correcta de operar, principalmente a colectivos de alto riesgo.
¿Cuándo formar? En primer lugar en el momento de su contratación, y segundo periódica según las circunstancias: a todo trabajador que cambie de puesto de trabajo o si hay cambios tecnológicos y por lo tanto posibles riesgos nuevos. Información mas completa a los representantes de los trabajadores.
¿Quién y cuándo impartir la formación? Ésta debe ser por medios propios o concertados con conocimientos suficientes. Debe ser consultada con los representantes de los trabajadores, en la jornada laboral y debe quedar registrada documentalmente.